Incidentes de robos y su impacto en la ULA del estado Táchira
Prensa Aula Abierta -. Durante la tercera semana de agosto de 2024, la Universidad de Los Andes (ULA), núcleo Pedro Rincón Gutiérrez en Táchira, sufrió un robo significativo en el que fueron sustraídos más de 200 metros de cable eléctrico. El incidente, que se desarrolló a lo largo de varios días, dejó inoperativos los edificios A y B, que son fundamentales para el funcionamiento académico de la institución.
El vicerrector académico, Omar Pérez Díaz, informó que el robo afectó gravemente el funcionamiento de estos edificios y destacó las deficiencias recurrentes en la seguridad de la universidad, atribuyendo en parte el problema a la falta de personal suficiente. También comentó que, a pesar del receso académico en curso, las autoridades universitarias están trabajando para restablecer el suministro eléctrico lo antes posible, ya que la inoperatividad de los edificios impacta negativamente a la comunidad estudiantil y docente y compromete el futuro de la institución.
En una entrevista realizada por Aula Abierta el dia 23 de agosto de 2024 a Luis Pastrán, estudiante de sexto año de Medicina en el núcleo Pedro Rincón Gutiérrez y presidente adjunto del Centro de Estudiantes de la Escuela de Medicina, aclaró que el núcleo Pedro Rincón Gutiérrez y la extensión de Medicina comparten el mismo espacio geográfico, pero no es lo mismo. Confirmó que el robo incluyó el cableado y un tablero con breakers, lo que ha dejado sin electricidad la mayoría de los lugares, excepto el edificio administrativo y la extensión de Medicina, que es una extensión exclusiva de Mérida y se rige por Mérida.
Pastrán destacó que la seguridad en el campus siempre ha sido deficiente. La cantidad de personal de seguridad ha sido baja durante mucho tiempo, y los pocos vigilantes disponibles a menudo se quedan solos durante sus turnos, lo que no garantiza una protección adecuada en un espacio tan grande. Aunque en la extensión de medicina no se han enfrentado a problemas similares, el núcleo por ser más amplio, es un espacio más difícil de abarcar y por lo tanto ha tenido estos inconvenientes durante más tiempo.
En cuanto a las medidas de seguridad adicionales, Pastrán señaló que ampliar la cantidad de personal de seguridad sería una medida importante. Sin embargo, comentó que eso resulta bastante complicado debido a los bajos salarios ofrecidos al personal. Es difícil exigir a una persona que no gana lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas que cumpla con una labor que ya es bastante difícil. Aunque aumentar el número de personal garantizaría una vigilancia más constante y efectiva, esta solución enfrenta serios obstáculos debido a las limitaciones económicas.
Respecto a la vida académica diaria, Luis Pastrán explicó que el robo del cableado ocurrió durante el receso docente, es decir, durante las vacaciones, por lo que las clases no se han visto interrumpidas a causa de este incidente. Pastrán indicó que, en el área de Medicina, los estudiantes de primero a cuarto año a veces utilizan generadores de electricidad para poder dar clases y alimentar los equipos. El testimonio destaca que, a pesar de la falta de electricidad, la Facultad de Medicina ha mantenido sus actividades académicas de manera continua, con la excepción de la pandemia por COVID-19, que causó una interrupción global. En la extensión de Medicina, a pesar de las limitaciones, la situación no ha llevado a una cancelación o paro prolongado de clases, excepto durante la pandemia de COVID-19. Pastrán destacó que los problemas causados por cortes eléctricos o racionamiento han sido manejados mediante autogestión y adaptaciones, como el uso de plantas eléctricas. Aunque la cancelación de clases no es común, la situación actual, que ha implicado dos semanas de interrupción posterior a las elecciones, ha sido una excepción a esta norma.
En cuanto a las medidas que le gustaría que tomaran la universidad o los entes gubernamentales para solucionar este problema y minimizar el impacto en los estudiantes, Pastrán mencionó que la Universidad de Los Andes es una institución autónoma que recurre generalmente a la autogestión para resolver sus problemas. Durante su gestión en la Facultad de Medicina, no se ha solicitado apoyo a entes gubernamentales, y no se tiene información sobre la llegada de recursos externos. Por lo tanto, la universidad ha dependido de actividades realizadas por los estudiantes y la colaboración de las autoridades para mantener la infraestructura, iluminación y equipos necesarios. Pastrán subrayó que la situación se maneja con los recursos disponibles y que, en general, los estudiantes intentan mantener las condiciones mínimas para asistir a clases.
Para minimizar el impacto, Pastrán destacó que la situación es diferente y que generalmente, los estudiantes tratan de mantener las condiciones mínimas posibles con los pocos recursos que tienen para asistir a clases.
En cuanto a cómo afecta esta situación a los estudiantes con menos recursos, Pastrán reconoció que es una pregunta difícil de responder. Desde que esta generación comenzó en la universidad, la situación ha sido difícil, y la comparación con el pasado podría ser respondida mejor por un profesor que haya vivido la universidad en otros contextos. Los estudiantes que no tienen los recursos necesarios enfrentan grandes dificultades para llevar una vida universitaria normal, alimentarse adecuadamente y asistir a clases regularmente en el contexto político y social actual. Esto se refleja en la deserción estudiantil; sin embargo, en Medicina, la nómina se mantiene relativamente llena, con aproximadamente 100 estudiantes por año, ya que es una carrera bastante demandada. En otros núcleos, se ha observado una disminución en la cantidad de estudiantes y aulas mucho más desoladas, así como una mayor deserción de profesores.
Robo de material deportivo en la Universidad de Los Andes -Táchira
El 23 de agosto de 2024, Mariana Castro, vicepresidenta del Valkirias Kickingball Club, denunció a través de Instagram el robo de material deportivo en la Universidad de Los Andes en Táchira, sede del club.4 Castro reportó el hurto de aproximadamente 17 balones y diversos implementos de entrenamiento, además de la tubería de los baños del campo deportivo. Las instalaciones, cerradas desde julio de 2024, están en riesgo de deterioro, un problema recurrente en el área.
Castro hizo un llamado a instituciones públicas y privadas para solicitar apoyo en la reposición del material robado, crucial para que el equipo pueda continuar con su formación y entrenamientos.