Gobierno Nacional debe más de 40 mil dólares a los profesores jubilados de la ULA
La violación a los derechos laborales mantiene a los profesores jubilados de la Universidad de Los Andes (ULA), en condiciones económicas alarmantes de extrema pobreza, el Gobierno Nacional acumula una deuda por concepto de retenciones de más de 40 mil dólares desde septiembre de 2021, pese a que su dinero ha sido retenido indebidamente.
El presidente de la seccional de jubilados de la Asociación de Profesores de la ULA (APULA), David Díaz Miranda, declaró para Aula Abierta que los docentes reciben una cantidad extremadamente baja en comparación con lo que se gana en países vecinos de Latinoamérica. “Con el reciente aumento llega aproximadamente a los USD 100 y a nivel internacional un profesor universitario de máximo escalafón gana entre USD 3mil y USD 5 mil”.
Díaz destacó que la situación de los jubilados de la ULA es semejante a la que vive el resto de la comunidad universitaria (empleados administrativos y obreros), y es consecuencia de una política económica que a su juicio es totalmente errada, llevando a la universidad venezolana a su peor momento.
“Se ha logrado en gran parte someter la educación superior a la voluntad del régimen por medio de un recorte desproporcionado de presupuesto. Actividades que incuestionablemente pertenecen a la universidad, tales como administrar sus propios recursos, la regulación y el control del acceso a la institución, la compra de insumos, los servicios estudiantiles y la nómina de los profesores universitarios se les han quitado, perjudicando a los docentes jubilados severamente”, condenó Díaz.
El presidente de la seccional de jubilados de la APULA indicó que para lograr alimentarse recurren a sus ahorros, a la venta de sus artefactos del hogar, a trabajos de economía informal y, en mayor medida, a las remesas que les envían sus hijos del extranjero.
Por otro lado, la centralización de los pagos de sueldos y salarios de los universitarios a través del sistema Patria, tuvo un impacto negativo en la seccional de jubilados de la APULA, ya que administrativamente poseen un personal y varios programas que funcionan gracias a los sueldos que reciben los académicos y las contribuciones que hacen a los gremios, pero son tan bajos que los ingresos son sumamente escasos.
Retraso en los recursos para los programas socioeconómicos
El profesor David Díaz explicó a Aula Abierta, que el Gobierno recibe dos listados, uno referente al pago neto que deben hacerle a los profesores y otro sobre los descuentos o contribuciones que hacen los docentes a los gremios, al seguro social, a la política habitacional, el impuesto sobre la renta, etc.
El retraso en la asignación de recursos a los programas socioeconómicos ejecutados por la seccional de profesores jubilados de la APULA, repercute en todos los programas de seguridad social que tiene la asociación, especialmente, en el pago al programa de salud para jubilados y su pareja.
El personal que labora en la sede y para los programas de seguridad social de la APULA también es víctima de las irregularidades cometidas por el gobierno. “Allí tenemos laborando todas las semanas tres médicos, una enfermera, personal de aseo y administrativo, que están en crisis porque los profesores no pueden pagar la nómina”, dijo Díaz.
Igualmente, lamentó que todos los gremios estén afectados por las irregularidades en las asignaciones de las retenciones salariales, acción que no solo constituye una violación a los derechos laborales de los universitarios, sino a la libertad de asociación.
“A pesar de que en el Consejo Universitario de la ULA se discutió y presentó una propuesta concreta para solventar este panorama, no obtuvimos ninguna respuesta inmediata ni de parte de las autoridades, ni mucho menos de parte del gobierno que ha conculcado estos recursos”, afirmó Díaz a Aula Abierta.
Con relación a la supuesta intención del Ejecutivo Nacional de llevar la nómina de los jubilados al Instituto Venezolano del Seguro Social (IVSS), David Díaz expresó que hasta el momento se trata de una mera especulación que puede ser una verdad, pero no está operativa.