“Desde la Universidad podemos reconstruir la ciudad”
En la ponencia titulada “Tierra del Sol Amada: Distopía” el historiador, Ángel Rafael Lombardi Boscán, también recordó las distintas fechas de fundación de la ciudad y propuso que Maracaibo debe ser objeto de una cuarta refundación, bajo un nuevo pacto entre sus gobernantes y sus habitantes.
Dexy Linares Simancas
“Más allá de la queja, el lamento, el dolor que padecemos, debemos plantearnos la necesidad de conseguir la forma de reconstruir la ciudad, desde la Universidad, en alianza con el resto de los sectores de la sociedad: empresarial, sindical, gremial; podemos reconstruirla”, resaltó el profesor e historiador, Ángel Rafael Lombardi en su ponencia titulada “Tierra del Sol Amada: Distopía”.
Recordó que también está en juego recuperar el proyecto universitario, tomando en cuenta que la universidad es la suma de los valores filosóficos-positivos que tiene una sociedad y que, a su vez, implica ciencia, conocimiento, tecnología, avances, pensamiento crítico, desarrollo, disidencia.
Como historiador ofreció el mejor ejemplo de reconstrucción de ciudades cuando relató que durante la Segunda Guerra Mundial quedaron devastadas las principales ciudades de Europa, entre ellas, Londres y mientras aquella destrucción sucedía, ya se encontraban grupos de arquitectos, ingenieros y planificadores, reunidos en sótanos, planificando la reconstrucción de dicha ciudad. Hoy en día, el producto del esfuerzo de aquellos ciudadanos, en cooperación con sus gobernantes e instituciones, resulta sumamente admirable.
Una cuarta refundación En el planteamiento de la reconstrucción de la ciudad, el historiador Lombardi enfatizó en la propuesta de que Maracaibo debe ser objeto de una cuarta refundación, bajo un nuevo pacto entre sus gobernantes y sus habitantes.
Con esa premisa el profesor Lombardi ofreció un recorrido histórico de las distintas épocas de la creación de la ciudad de Maracaibo. “Entre el siglo XV y XVI fue fundada por los alemanes, cuando cedieron parte del territorio venezolano a unos barqueros exploradores, que buscaban obtener para su explotación “El Dorado”, esto es, el tesoro, la ciudad perfecta plagada de materiales metálicos”´.
El historiador aclaró que “más allá de la discusión de los historiadores, en cuanto a la verdadera fundación de la ciudad de Maracaibo, ha sido reconocida la fundación de Ambrosio Alfinger, el 8 de septiembre de 1529, específicamente hace 490 años, quien la denominó “Lago de Nuestra Señora”.
Pero es en el año 1569, luego de que la ciudad de Maracaibo es destruida, Alonso Pacheco vuelve a fundar la ciudad de Maracaibo, bajo la denominación “Ciudad Rodrigo de Maracaibo”. Sin embargo, ésta segunda fundación tampoco tiene continuidad, razón por la cual en el año 1574, Maldonado refunda la ciudad por tercera vez, bajo el nombre de “Nueva Zamora Laguna de Maracaibo”.
“La ciudad de Maracaibo se encuentra fuera de la historia, según la tesis planteada por el filósofo alemán Heggel, conforme a la cual existen sociedades dentro y fuera de la historia. En efecto, una sociedad dentro de la historia es aquella que posee instituciones que funcionan y que tienen un proyecto de Nación o Estado, que tenga continuidad en el tiempo, a través de logros”, explicó el profesor Lombardi.
Aseveró que en el marco de la actual coyuntura de la ciudad está en juego el bien común y la ética. Hoy en día, con el proyecto de la modernidad de la ciudad de Maracaibo, que era la perla del Caribe, una ciudad moderna, modélica para el resto del país, incluso para el resto de ciudades hermanas de América Latina y el mundo, hoy merece un tratamiento que permita el rescate del bien común y la ética, la calidad de vida que se ha perdido, los derechos humanos que están siendo totalmente violentados, sin obviar lo más importante, que es la restitución de la democracia moderna que nos permita alinearnos, de nuevo, a los países que se encuentran dentro de la historia.
Desde la Tierra del Sola Amada a Casas Muertas
El historiador Lombardi siguiendo las ideas del escritor venezolano, José Rafael Pocaterra, en su libro titulado Tierra del Sol Amada, describe a Maracaibo, alrededor del año 1917, en el marco de la dictadura de Juan Vicente Gómez, como una ciudad pobre, provinciana, dependiente de la explotación y exportación de café en la zona andina, en alianza con empresarios alemanes, ingleses y holandeses, los cuales también llevaban a cabo la explotación agrícola y pecuaria de la región zuliana.
Maracaibo fue parte de la burbuja petrolera, constituyó el músculo económico de la Venezuela petrolera del siglo XX. En tal sentido, resulta inaceptable para el marabino, las interminables colas en las estaciones de servicio para la obtención de combustible, el criminal racionamiento eléctrico de aproximadamente 12 horas diarias, lo cual aniquila o extermina la vida social en la ciudad.
En otras palabras, este desarreglo de los servicios públicos, aunado a la inexistencia de instituciones y la negligencia de gobernantes, ha herido mortalmente a la segunda ciudad más importante del país. Se concluyó que Maracaibo está transitando un proceso de regresión histórica despiadada, poco vista en las historias mundial de las ciudades, al retroceder al menos 150 años en cuanto a su desarrollo como ciudad. Tal como lo documentó el equipo de Aula Abierta en el Informe Violaciones de Derechos Humanos en la Disponibilidad y acceso a Servicios Públicos Básicos en el municipio Maracaibo Estado Zulia.
Maracaibo ha llevado la peor parte de la sistemática destrucción a la cual se ha sometido el país. En síntesis, el profesor catalogó a la ciudad de Maracaibo, en atención a la obra de José Rafael Pocaterra, como una distopía, es decir, todo lo contrario al sueño social de todas las estirpes revolucionarias que han pasado en la historia del pensamiento político occidental; en Maracaibo implica el horror, un campo de concentración.
Comparó la situación crítica de la ciudad con la novela del escritor y periodista venezolano Miguel Otero Silva, titulada “Casas Muertas”, en la cual se denota el abandono de los pueblos del interior del país, en el siglo XX, producto de la explotación petrolera, y el desarrollo paulatino de las zonas urbanas del país, a las cuales se les prestaban los mejores servicios.
“En la actualidad, la ciudad de Maracaibo asume la narrativa de Otero Silva en dicha obra. Basta recorrer sus barrios, urbanizaciones y edificios, tomar en cuenta la diáspora venezolana, que tiene especial énfasis en la región zuliana, desplazada especialmente al país vecino de Colombia, alrededor de un millón 400 mil y un millón 800 mil de venezolanos”, puntualizó.
Siglo XXI: Desmoralizar a una población
Existe una tesis (no confirmada) de que este desarreglo al cual ha sido sometida la ciudad de Maracaibo forma parte de la técnica política actual de los gobernantes de la ciudad, con el fin de desmoralizar a una población aguerrida, acostumbrada a reivindicar sus derechos y a pelear por su forma de vida, a través del éxodo desordenado hacia el vecino país, declarado internacionalmente como enemigo del régimen venezolano.
Destacó el profesor que la ciudad de Maracaibo en el siglo XIX, cuando logra obtener la pujanza económica, producto de su circuito agroexportador, se convierte en la primera ciudad de Venezuela en tener alumbrado eléctrico público (1888), siendo la segunda del continente – después de Buenos Aires, Argentina -, tranvía, teatro, cine – después de Nueva York y París -, telégrafo, teléfono, acueductos, universidades y demás logros económicos.
Con posterioridad, en las primeras décadas del siglo XX, surge la exploración y explotación petrolera, específicamente en la Costa Oriental del Lago, a través del Zumaque 1 y otros pozos emblemáticos de la ciudad. Se convierte Maracaibo en el epicentro de la industria petrolera y de la producción de riquezas de Venezuela. Maracaibo constituyó el protagonista del desarrollo y del progreso de Venezuela durante todo el siglo XX.
Esta ponencia fue presentada el pasado lunes 9 de septiembre de 2019, con motivo del aniversario 490 de la ciudad marabina, en el foro denominado “Ciudad de Maracaibo: Pasado, Presente y Futuro”, en el auditorio Dr. Hugo Montenegro de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de LUZ. Organizado por la Comisión para los Derechos Humanos de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad del Zulia (LUZ) y Aula Abierta.