Invasores y delincuentes despojaron el Núcleo “Alberto Adriani” de la ULA
El Núcleo Universitario “Alberto Adriani” (NUAA) El Vigía de la Universidad de Los Andes (ULA) se encuentra en un estado crítico de abandono por falta de presupuesto para recuperar los daños ocasionados por grupos invasores y delincuentes que arrasaron con todas las áreas académicas y de investigación de la institución.
El vicerrector-decano del NUAA, Domingo Alarcón, comentó sobre este deplorable escenario de un núcleo universitario que carece de electricidad, sistema de agua potable, aires acondicionados y equipos para la impartición de clases.
En entrevista concedida a Aula Abierta, Alarcón dijo que la recuperación del núcleo cuesta “mucho dinero” y que no se cuenta con ningún tipo de recurso para intervenir.
“Es incómodo para el personal y los docentes trabajar bajo estas condiciones”, manifestó Alarcón.
Detalló que la delincuencia robó toda la conectividad eléctrica, los transformadores y los tanques del sistema hidroneumático para el suministro de agua potable.
“No contamos ni con baños porque no hay servicio de agua potable y no podemos atender en clases los salones porque no tienen aire acondicionado tampoco. Toda esta afectación es lo que hace que no podamos atender en horario completo a los estudiantes. No podemos tener a más de 50 o 60 estudiantes en la instalación del núcleo. Estas son las cosas que nos hace difícil seguir atendiendo a los estudiantes. Esto complica más aún poder avanzar con los programas académicos. Los docentes hacen todo el esfuerzo posible, pero el problema de los servicios públicos complica mucho el avance de los semestres”, expuso el vicerrector-decano.
Invasiones frente a 4 años sin prácticas de campos
De acuerdo con lo afirmado por Alarcón, todos los potreros del núcleo El Vigía están invadidos por personas ajenas a la universidad, que además construyeron “ranchos” en el campus universitario.
Aseguró que están delimitados en la Estación Experimental Judibana, pues solo conservan acceso a una pequeña parte del campus. Precisó que las personas que ingresaron arbitrariamente y empezaron a construir sus viviendas también roban y matan el ganado de la estación.
“Nosotros hemos hecho la denuncia para que las autoridades competentes procedan al desalojo, pero nunca han actuado”, denunció.
Agregó que las invasiones en consecuencia afectaron el desarrollo de la docencia y de investigación a tal grado que los estudiantes de la Facultad de Forestales tienen más de cuatro años sin hacer visitas al campus para sus prácticas. “No tienen donde llegar con seguridad, ya que muchos terrenos están invadidos”, aseveró.
“Los espacios que teníamos en la Estación Experimental Judibana fueron afectados en al menos 95 %”.
Con 1% de presupuesto no se va a poder recuperar el núcleo
El presupuesto que recibe la ULA es insuficiente para gastos de recuperación.
Según dijo el vicerrector-decano, en el 2020 no recibió “ni un bolívar” para el funcionamiento del NUAA. En el 2021, recibió aproximadamente el 1% del presupuesto solicitado y para este año 2022, a más 9 meses transcurridos, no ha recibido nada.
Recibir el 1% del dinero que solicita la institución “no es nada para nuestras instalaciones”, dijo Alarcón.
A su vez, indicó que las estimaciones de dinero que se necesitan para reponer la electricidad en el núcleo son muy altas. Eso sin contar otros daños de infraestructura, más los equipos y herramientas que han perdido debido a los incidentes de inseguridad.
¿Cómo sigue impartiendo clases o se mantiene activo el núcleo?
El vicerrector-decano informó que con todo el esfuerzo han buscado soluciones para continuar clases en el NUAA.
Indicó que a través de un convenio con un instituto de educación media lograron trasladar el laboratorio de computación a las instalaciones de ese liceo para los estudiantes de Ingeniería en Sistemas. Se prevé más adelante hacer lo mismo con los laboratorios de Química y Física para avanzar con esas asignaturas también.
Deserción: la consecuencia de un núcleo abandonado
El abandono del Núcleo “Alberto Adriani” de la ULA contrajo un efecto bastante significativo para la vida universitaria como lo es la deserción.
Según el vicerrector-decano, la deserción ha alcanzado niveles altos tanto en la comunidad estudiantil, como profesoral e incluso en el personal administrativo y obrero.
“Hemos perdido el 40 % de la planta profesoral. Lo mismo pasa con nuestro personal administrativo y obrero. Esto tampoco se escapa en la parte estudiantil”, dijo. “La deserción (estudiantil) ha aumentado drásticamente porque los estudiantes prefieren salir a trabajar. En nuestro núcleo, hace 4 años teníamos una matrícula de casi 500 estudiantes y ahora solo llegamos a una matrícula de 180”. Es decir, la población estudiantil se redujo un 64% con respecto al 2018.
El abandono de este núcleo es responsabilidad del Estado venezolano que debe proteger a las universidades y asignar un presupuesto para su funcionamiento, según establecen los principios II, IV y V de los Principios Interamericanos sobre Libertad Académica y Derechos Universitarios de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos.