Al menos un millón de dólares requiere la Facultad de Ingeniería de LUZ para recuperar material hurtado
“Veinte hechos delictivos que nos han afectado de manera importante con cuantiosas pérdidas económicas que para nosotros sería difícil cuantificar, pero estamos seguro que pasa del millón de dólares tanto en materiales como equipos y daños a la propiedad”, aseguró en entrevista para Aula Abierta el director de administración de la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Zulia (LUZ), Antonio De Turris.
Según el director de administración de Ingeniería, durante la cuarentena decretada por la pandemia por COVID-19, se han contabilizado 20 incidentes de inseguridad sucedidos en la escuela de Química y Petróleo, el Centro de Estudios de Corrosión y el núcleo técnico.
“Todas las acciones de hurto han sido enfocadas a sistemas de refrigeración, aires acondicionados, neveras, una gran cantidad de computadoras, laptops, video beam, cableado eléctrico, tuberías de cobre de los sistemas de refrigeración, equipos y herramientas. En la última incursión se llevaron una cortadora de concreto”, enumero De Turris entre las decenas de hechos que recordó, además, mencionó que no le es posible determinar otros incidentes ocurridos fuera del confinamiento porque han sido en distintas áreas.
La cortadora de concreto —diseñada y fabricada en Maracaibo por el personal del Centro Estudios de Corrosión y de Mecánica y de las cuales solo hay 17 en toda Venezuela— era una herramienta de gran valor para la comunidad universitaria, su perdida impacta en el desarrollo de investigaciones y la asistencia a congresos internacionales. “Ese equipo está alrededor de los 50 mil dólares, reponer su fabricación y construcción va a ser bastante cuesta arriba”, indicó De Turris.
“A los responsables de cada una de las áreas nos tocara hacer el levantamiento para poder tener una estimación de todos los daños y lo que se requiere para restablecer”, señaló, haciendo referencia que al volver a las actividades regulares encontraran un panorama bastante “desalentador”.
Plan de seguridad fallido
Según el director de administración de la Facultad de Ingeniería, LUZ tiene un plan de seguridad, en coordinación con cuerpos de seguridad del Estado, que no ha generado una respuesta efectiva, pues los incidentes no se han detenido. “Tengo que responsabilizar a las autoridades por no haber definido un plan oportuno. No hay un plan de acción, no se materializa. La proyección es que cada vez sea peor”, aseguró.
Por otro lado, se ha denunciado los eventos ante el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), pero no se da respuesta ni atienden de manera inmediata los incidentes; De Turris reseñó que en una ocasión el personal de vigilancia detectó la presencia de presuntos delincuentes, notificaron, pero el cuerpo de seguridad tardó mucho, por lo que le dio tiempo a los sujetos de huir.
En otra situación, en la escuela de Química y Petróleo se estaba perpetrando un robo, por ende, el personal de seguridad de la institución acudió al lugar, pero el resultado fue un enfrentamiento en el que los delincuentes salieron victoriosos porque portaban armas de fuego. “Es conocido que la universidad no aporta armas. Son vigilantes que lo que hacen es tratar de notificar, pero realmente su permanencia allí no es efectiva”, sostuvo De Turris.
Además, comentó sobre los problemas para resguardar la universidad durante la cuarentena: la Dirección de Seguridad Integral (DSI) notificó que cada vez se complica la asistencia del personal al campus debido a que no hay transporte para movilizarse.
Por su parte, la estudiante de la Escuela de Ingeniería Industrial y miembro del movimiento “Innovación académica 19”, Carmen Escalante, aseguró en entrevista con Aula Abierta que la seguridad ha sido “abandonada” en la Facultad de Ingeniería, ya que no hay recursos y el personal de supervisión es bajo.
“Hay que trabajar en abordar la seguridad. Me imagino la desidia en la que vamos a volver”, expresó la estudiante.
Asimismo, la estudiante de Ingeniería Química y coordinadora de “Fuerzas Innovadoras Universitarias 2019”, Anabella De Turris, también declaró que al retorno a clases presenciales solo encontrarán las paredes y pupitres, incluso manifestó su incertidumbre, que es similar a la del resto de los estudiantes que le han comunicado sus preocupaciones.
Sin educación de calidad, sin laboratorios, salones y equipos
Durante la cuarentena por COVID-19 la universidad ha permanecido sola y cada vez es más crítica la condición. Los incidentes de inseguridad que ocurridos en Ingeniería son desalentadores para los universitarios que se preguntan qué escenario podrían conseguir al terminar el confinamiento, si antes habían salones desvalijados y los profesores dictaban clases en plazas y pasillos.
Según reseña Carmen Escalante, miembro del movimiento “Innovación académica 19”, los alumnos del ciclo básico tienen que ver clases en cualquier área porque el hampa se ha llevado los aires acondicionados y el cableado eléctrico.
“Robos se han presentado en la escuela de Mecánica, Industrial, Geodésica, Civil (…), se han robado máquinas, partes de aires, material de cobre, bombillos, tomacorrientes”, indicó Escalante.
Escalante realizó una jornada en la que se habilitaron dos salones del bloque A del ciclo básico central; sin embargo, no pudo continuar su gestión porque en el resto de los salones se habían robado piezas esenciales de los aires acondicionados y en el Bloque B faltaba todo el cableado eléctrico subterráneo.
Por su parte, la estudiante De Turris comentó que los estudiantes de la escuela de Química y Petróleo ven sus clases en el postgrado de la facultad porque es el único espacio con condiciones aptas.
“Cómo nos desarrollamos sin un laboratorio o equipo”, cuestionó De Turris afirmando, a su vez, que la problemática afecta la educación de los estudiantes al no poder ejercer sus prácticas como corresponde.
El edificio donde funcionaba la escuela de Química y Petróleo tiene aproximadamente año y medio sin electricidad. Allí hay 8 laboratorios inoperativos que han sido desvalijados antes y durante la cuarentena. Según señaló De Turris, se han violentado el laboratorio de polímeros, operaciones unitarias, físico-química y petróleo, incluso el Centro de Estudios de Corrosión.
La calidad de los profesionales que egresen de esta universidad podría estar gravemente afectada por estas razones y la causa es la delincuencia imparable que ataca constantemente a la cuna de los saberes.