En las universidades las mujeres tienen una baja representación en las posiciones de mayor jerarquía
“Las mujeres en las universidades mantienen una baja representación en las posiciones de mayor jerarquía en el espacio académico y científico”, dijo Yolima Arellano, coordinadora del Observatorio Venezolano de los Derechos Humanos de las Mujeres del núcleo andino.
Arellano se refirió a una investigación realizada por la profesora Daisy Marcano 2020 en la cual se determinó la poca participación de las mujeres en espacios como el mismo Ministerio de Educación Universitaria que desde su creación solo ha tenido una representación femenina. Una mujer llegó a ser ministra después de 12 ministros anteriores.
Además, de 79 universidades existentes en Venezuela, solo 20% tiene mujeres ocupando el cargo rectoral.
Otro ejemplo es que en las 5 universidades autónomas del país, la presencia de mujeres en los cargos de alta dirección universitaria es “prácticamente nula”.
“Asimismo, de 227 rectores que han tenido estas universidades solamente 6 han sido mujeres. Es decir, el 2.5%”.
En conclusión, “las mujeres deben enfrentarse al límite invisible que se ha llamado techo de cristal que se les presenta el ascenso en su carrera profesional impidiéndoles entonces avanzar a la par de los hombres en las jerarquías organizacionales”, dijo en entrevista concedida a Aula Abierta.
Brechas de género en carreras universitarias
De acuerdo con Arellano, aunque se avanzó en lo que respecta al acceso a la educación universitaria, “aún se mantienen desigualdades sobre la garantía de los derechos sociales de las mujeres, especialmente la inequidad de éstas en el ascenso al poder académico”.
“Persisten brechas de género en determinadas carreras universitarias que sean feminizadas como las relativas a las Ciencias de la Educación, Sociales, Humanidades, Letras y Artes, frente a las masculinizadas como las Ciencias Básicas: Ingeniería, Arquitectura, Tecnología, entre otras”, aseveró.
De igual modo, para la defensora, se hace necesario que las mujeres, además de tener acceso a la educación, a la investigación y a la docencia universitaria, puedan participar en los cargos de toma de decisión.
“La brecha de género que se viene arrastrando históricamente se acentúa haciendo necesario y urgente el ejercicio por parte de las mujeres de un rol de liderazgo proactivo y estratégico, dirigido a la exigibilidad de los derechos universitarios, del acceso a la educación, a la investigación y a la docencia. Además, en su participación en todos los niveles académicos y científicos, incluidos los espacios de toma de decisiones de forma paritaria con los hombres. De igual forma, en la promoción de políticas de género que garanticen el derecho de las mujeres a vivir sin violencia en los recintos universitarios”, apuntó.
La exclusión y desigualdad en el acceso de las mujeres a posiciones de poder y de niveles alto en la toma de decisiones en las universidades vulnera los Principios Interamericanos sobre Libertad Académica y Autonomía Universitaria, cuyo principio 3 hace referencia al deber de no discriminación.