Limitaciones en el acceso al agua afectan a la comunidad universitaria andina
El Núcleo Universitario Rafael Rangel (NURR) de la Universidad de Los Andes (ULA) actualmente sufre la escasez del agua potable, lo que ha afectado en gran manera el desarrollo de las actividades de la vigilancia, académicas y de los miembros de la comunidad. La tala continua de árboles que destrozan los invasores dentro de los terrenos de la institución, puede ocasionar que en un futuro sean cortadas las pocas posibilidades que existen hoy en día de generación de agua.
El Vicerrector- Decano del NURR, Geovanny Castellanos manifestó al equipo de Aula Abierta que “hemos estado varios días sin agua, nos ha afectado notablemente para el desenvolvimiento de la vigilancia y las actividades administrativas que ahí se hacen porque no hay clases presenciales (…), pero van vigilantes, van miembros de la comunidades y no pueden hacer sus actividades”, dijo Castellanos.
También, el Vicerrector-Decano del NURR comentó que La Peñita y otras comunidades cercanas se han quedado sin agua. El verano que actualmente vive la población ha afectado el suministro de agua y poco a poco las quebradas van disminuyendo.
“Con respecto al agua hemos tenido una situación bien difícil producto de la merma del agua debido a las invasiones, a la tala y a la quema que frecuentemente se ven amenazados los espacios universitarios”, señaló Castellanos.
La situación del suministro de agua potable en la región andina, que se destaca por mantener un inventario de recursos hídricos considerable, se está viendo seriamente afectado por diferentes factores. Dentro de los cuales está el inminente envejecimiento de la infraestructura hídrica, la cual se encuentra en un ciclo de progresiva decadencia, aunado a los efectos negativos que se generan por el cambio climático.
Consecuencias que vive el NURR por la falta de agua
La ausencia del personal por la falta de agua, además de otros factores, es notable. El equipo de vigilancia no puede cumplir con las labores en su totalidad y el personal administrativo tampoco, lo que dificulta el movimiento dentro de las instalaciones.
“Muchas personas no van a la Villa Universitaria porque además del problema del pasaje y otros problemas, tampoco hay agua. No solamente dentro de la Villa Universitaria hay problemas y consecuencias, fuera de la Villa Universitaria y comunidades vecinas también tienen el problema por la disminución del agua en el bosque del Prado entre La Villa y la Concepción, propiedad del Núcleo Universitario Rafael Rangel. La primera consecuencia es la ausencia de personal, la ausencia de actividades operativas, la ausencia de vigilantes que es un elemento importante por la escasez de agua porque no hay para cumplir sus necesidades elementales”, expresó Castellanos.
Invasores se benefician del agua
Uno de los principales problemas que enfrenta la Universidad de Los Andes se origina por las invasiones a parte de los espacios dedicados a la investigación, docencia y conservación ambiental. Los invasores se instalan en los terrenos de la universidad y hacen uso de los recursos disponibles en esos espacios. En la hacienda El Prado, ubicada en el Núcleo Universitario Rafael Rangel, muchas de las personas que habitan allí de manera ilegal se benefician directamente del agua que emanan los bosques.
“Muchas personas de los que hoy invaden se benefician del agua o consumen, utilizan el agua para protección de sus necesidades básicas, el agua potable porque esa es un agua de mucho contenido de pureza”, explicó Castellanos.
Suministro y saneamiento del agua como derecho humano
Entendiendo como suministro de agua procesos como captación, potabilización, almacenamiento y distribución para su consumo, se puede afirmar que hay problemas importantes relacionados con la cantidad, calidad y la continuidad del servicio de agua en las principales ciudades andinas.
De igual manera, el saneamiento entendido como la recolección, depuración y disposición final de las aguas servidas también es un problema significativo en cuanto a infraestructura sanitaria como alcantarillados y plantas de tratamiento de aguas residuales en la región.
Los indicadores de gestión de las empresas hidrológicas regionales responsables del suministro presentan índices de agua no facturada en el orden del 60%, lo cual revela un alto grado de ineficiencia en la gestión del agua.
La poca efectividad de las políticas del gobierno nacional en el 2020, ha generado en el estado Mérida un escenario de crisis de agua, que azota a diversas parroquias en común, situación que se ve reflejada en el número de protestas por la prestación del servicio, que de acuerdo a cifras aportadas por el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), se detalla que, para el mes de octubre de 2020, de las 1.484 protestas registradas en el ámbito nacional, 123 se realizaron en Mérida destacando entre ellas el acceso a servicios básicos, entre los que se incluye el agua potable.
Por otro lado, el estado Táchira para el 2011, del total de viviendas con servicio de agua (306.549) el 89% (279.902) se servían de acueductos o tuberías, de las cuales el 53% se encontraban ubicadas en su zona metropolitana. Diez años después, se desconocen las cifras sobre el servicio de agua debido a la opacidad que mantiene el Estado.
No obstante, las continuas interrupciones del servicio por diversas causas han generado protestas que, junto a otros servicios y derechos reclamados por los habitantes de urbanismos y caseríos, totalizan para el mes de octubre del 2020 un total de 46 protestas registradas por el OVCS.
Otro de los estados andinos, Trujillo, cuya condición montañosa lo hace una región productora de agua, donde destacan las cuencas de los ríos Motatán, Castán y Burate, así como una importante y significativa disponibilidad de aguas subterráneas que se estima en 454 millones de metros cúbicos. De acuerdo con el Censo General de Población y Vivienda realizado en el año 2011, Trujillo tenía una población de 54.213 habitantes, los cuales estaban distribuidos en las 7 parroquias que conforman el Subsistema del Área Metropolitana de la capital del estado.
Sin embargo, en Trujillo, al igual que en Mérida y Táchira, las continuas interrupciones del servicio por diversas causas, así como la ausencia y falta de infraestructura en diversos sectores, han venido suscitando reclamos colectivos que, unidos al malestar generado por otros servicios y derechos, propiciaron para el mes de octubre del 2020, un total de 62 protestas registradas por el OVCS.
La ULA ante las limitaciones en el acceso al agua
La Universidad de Los Andes tiene personal capacitado para diagnosticar y proponer soluciones a estos problemas. En el núcleo Mérida 4 de sus 11 Facultades se trabaja con la temática del agua. Estas son las Facultades de Ciencias, Ciencias Forestales y Ambientales, Farmacia y Bioanálisis e Ingeniería.
Adicionalmente, al menos en 4 de sus Institutos y Centros de Investigación y Postgrado se realizan investigación y docencia en el tema. Ejemplo de ello es la existencia del Departamento de Ingeniería Hidráulica y Sanitaria y del Laboratorio de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería, el Instituto Centro Interamericano de Desarrollo e Investigación Ambiental y Territorial (CIDIAT) del Vicerrectorado Académico, el Laboratorio de Suelos y Aguas de la Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales, y el Laboratorio LARSA de la Facultad de Ciencias por mencionar algunos.
La Universidad, tiene la capacidad y el conocimiento de diagnosticar y proponer soluciones para resolver este problema, pero no tiene los recursos financieros para abordarlo y resolverlo. La Universidad puede diagnosticar y orientar el problema pero no puede asumir una obligación que le competen a de otros entes del Estado.